Con la llegada del otoño estamos sujetos a constantes cambios térmicos y aquí es donde aparecen los llamados "males estacionales", identificados más comúnmente en una serie de pequeños trastornos molestos como resfriados, tos y dolor de garganta que, si se descuidan, pueden llevar a varias recaídas o, en el peor de los casos, a complicaciones más importantes como sinusitis, bronquitis, neumonía, etc...
Con algunas precauciones podemos prevenir tales malestares estacionales, pero si realmente la suerte no nos acompaña y sufrimos un fuerte resfriado, en lugar de recurrir inmediatamente a medicamentos y otros medicamentos, la naturaleza nos ayuda con remedios efectivos y naturales.
Cómo prevenir los malestares estacionales
¡Hay que ser astutos!
Para prevenir los estados gripales es bueno:
- Seguir una alimentación saludable y rica en vitaminas C y D (limones, naranjas, mandarinas, kiwis, brócoli, coliflores) que aumentan nuestras defensas inmunológicas;
- Mantener una alta hidratación bebiendo mucha agua o infusiones calientes;
- Vestirse en capas para evitar sudar o tener frío (¡haz el cambio de armario a tiempo!);
- Lavarse las manos muy a menudo para evitar la propagación de gérmenes;
- Airear frecuentemente los ambientes cerrados como la casa y la oficina;
- Dormir lo suficiente porque un ciclo de sueño regular hace que el cuerpo sea menos vulnerable a ataques externos.
7 remedios naturales para los malestares estacionales
Frutos secos y chocolate negro para el cansancio y la sensación de agotamiento
Uno de los factores por los que a menudo nos sentimos cansados y sin energía es definitivamente la deficiencia de magnesio, un elemento esencial para el funcionamiento de nuestro cuerpo y que interviene en la síntesis de proteínas, la transmisión de impulsos nerviosos, la producción de energía y otros procesos que apoyan las funciones vitales.
Al no poder producirlo por nosotros mismos, necesitamos obtenerlo del exterior a través de la alimentación o suplementos. La necesidad diaria de magnesio ronda los 300 mg, por lo que elige verduras de hoja verde, frutos secos (especialmente cacahuetes y almendras) y... sí, también puedes permitirte el chocolate negro!
Miel y canela para la tos
La tos es probablemente el más molesto de los males estacionales, nos exaspera por la noche porque no podemos dormir, nos pone en aprietos cuando estamos en presencia de otras personas y lo único que queremos es que se detenga.
Como también ha validado la OMS (Organización Mundial de la Salud), para obtener un respiro de la tos podemos dejar disolver en la boca una cucharadita de miel (mejor aún si es de propóleo) de modo que lentamente su acción emoliente y antiinflamatoria tenga efecto relajando y lubricando las mucosas de la faringe y la laringe.
Además, podemos preparar una infusión con miel y canela, una especia con propiedades medicinales antibióticas y antisépticas. La combinación de miel y canela con fines curativos es bien conocida desde tiempos antiguos, tanto por la medicina china como por la ayurvédica india.
La infusión de miel y canela es fácil de hacer, simplemente hierve agua en una olla, apaga el fuego apenas hierva y luego vierte un palito de canela en trozos dejándolo infusionar durante 3 o 4 minutos. Filtra luego todo en una taza de té para remover los trozos de canela y añade 1 cucharadita abundante de miel.
Como alternativa a la infusión, podemos añadir canela en polvo a la miel y usar la mezcla untándola, por ejemplo, en el pan.
Limón, manzanilla y miel para el dolor de garganta
Aunque si el dolor de garganta es fuerte o hay presencia de placas es necesario visitar al médico, para los síntomas más leves podemos confiar en las propiedades desinfectantes del limón y las calmantes de la miel y la manzanilla.
Beber agua caliente (o leche) con limón, tomar una manzanilla u otras infusiones calientes añadiendo una cucharadita de miel varias veces al día ayuda a reducir la sensación de ardor en la garganta y a curarse más rápidamente.
Cebolla, caldo y vapores para la congestión nasal
Para la congestión nasal, ¡prueba con una cebolla! La cebolla, una vez cortada, libera emanaciones que contienen amoniaco y que provocan lágrimas y goteo nasal, liberándolo.
Otro remedio siempre efectivo es optar por consumir sopas calientes y el clásico caldo hirviendo, cuyo calor, al relajar los músculos de la cavidad oral y liberar las vías respiratorias, es muy beneficioso para combatir el resfriado.
Los vapores son uno de los remedios caseros más efectivos y utilizados desde la antigüedad. Consisten en inhalar vapor de agua hirviendo con la boca abierta que, combinado con la acción de hierbas o aceites esenciales, ofrece beneficios inmediatos en la apertura de las vías respiratorias.
El procedimiento es muy simple: hervir dos litros de agua en una olla y luego añadir un par de cucharadas de bicarbonato de sodio en polvo (que al ser efervescente amplifica la acción de las hierbas y los aceites). Añade luego los aceites o hierbas que prefieras como: manzanilla, lavanda, canela, menta, romero o el aceite de árbol de té.
Cúbrete la cabeza con una toalla de esponja pesada para evitar la pérdida de calor y respira profundamente el vapor exhalado con la boca abierta.
Tisana de jengibre, miel y limón para el resfriado
Muy simple de preparar, la tisana de jengibre, miel y limón combina los efectos beneficiosos de estos tres ingredientes y se convierte en un cóctel muy eficaz contra el resfriado.
El jengibre fresco contiene gingerol, un compuesto químico con propiedades antisépticas y antiinflamatorias, la miel tiene propiedades balsámicas (especialmente la de acacia o de eucalipto) y el limón, además de su acción desinfectante, es una bomba de vitamina C que aumenta las defensas inmunitarias.
Para preparar la infusión de jengibre, miel y limón lleven a ebullición agua, luego consigan un limón orgánico y jengibre orgánico fresco (también se puede usar jengibre en polvo pero el sabor será menos intenso). En una taza de té recojan el jugo de medio limón exprimido y pongan 3 o 4 trozos de raíz de jengibre. Viertan el agua hirviendo y dejen reposar en infusión durante un minuto, luego añadan un par de cucharaditas de miel de acacia.
Termoterapia para dolores musculares y articulares
Generalmente los dolores musculares y articulares desaparecen en un par de días, pero para aliviarlos y evitar sufrimientos innecesarios podemos ayudarnos manteniendo "al calor" la zona afectada. El calor, de hecho, no favorece la contracción y la rigidez muscular y, por lo tanto, facilita la disminución del dolor.
Aprovechen para darse un buen baño caliente, quizás enriquecido con sales aromáticas y hierbas medicinales como por ejemplo el tomillo (que tiene, entre otras, también propiedades antidoloríficas) o, si pueden, para descansar en la cama o en el sofá. Si en cambio no pueden permitirse el lujo de detenerse, entonces apliquen bandas térmicas localizadas en las zonas doloridas.
Agua, comida y vitaminas para la fiebre y estados gripales
La fiebre es la reacción del cuerpo a la guerra en curso entre nuestros anticuerpos y el virus de la gripe. En tal enfrentamiento los medicamentos no son exactamente de ayuda ya que solo pueden aliviar los síntomas, pero beber mucha agua y comer lo más posible es la mejor estrategia que puede llevarnos a la victoria.
El agua no solo reemplaza los líquidos que perdemos con la sudoración provocada por la fiebre reestableciendo nuevamente el equilibrio hídrico de las células, sino que, como sabemos, beber mucha agua expulsa las toxinas presentes en el organismo.
La gripe generalmente causa falta de apetito y esto provoca un debilitamiento general del organismo que no ayuda a nuestras defensas inmunitarias a ganar la batalla contra los microbios.
Aunque no logremos comer mucho, lo importante es buscar alimentos simples, fácilmente digeribles y preferiblemente que contengan vitaminas.
Consumir, por ejemplo, alimentos y tisanas con limón significa no solo aprovechar las propiedades antivirales de este excepcional cítrico, sino también introducir mucha vitamina C en el cuerpo debilitando así el virus de la gripe.