¿Qué se entiende por hierbas aromáticas? Son aromáticas todas aquellas hierbas dotadas de un "aroma" creado por la presencia de algunos aceites esenciales en el tallo y en las hojas.
El aroma tiene la doble función de proteger de los insectos herbívoros y de atraer a los insectos polinizadores, permitiendo así que la planta juegue un papel clave en el ecosistema en el que vive.
Las hierbas aromáticas se utilizan comúnmente en varios ámbitos como el medicinal y el cosmético, pero su uso es principalmente en el campo alimentario donde el albahaca y el perejil son indudablemente las más utilizadas junto también a la salvia, el romero, el tomillo, la menta, la mejorana y otras más.
En la cocina, por lo tanto, las hierbas aromáticas representan ingredientes indispensables ya que realzan y armonizan cualquier plato confiriéndole un sabor único.
Ellas, aportan múltiples beneficios a nuestra salud y además, al ser condimentos naturales, nos permiten limitar la cantidad de sal que añadimos durante la preparación de los platos.
Dónde conservar las hierbas aromáticas frescas
Para beneficiarse al máximo de todas las propiedades de las hierbas aromáticas es preferible consumirlas frescas en lugar de secas para que nada se disperse.
Las hierbas frescas, sin embargo, no permanecen tales por mucho tiempo, especialmente en la despensa a temperatura ambiente, por lo que siempre es aconsejable guardarlas en el refrigerador o congelarlas y utilizarlas cuando sea necesario.
Cómo preparar las hierbas aromáticas frescas para ser conservadas
Lo peor que podemos hacer es mantener las hierbas aromáticas frescas en una bolsa de plástico o dejar la que compramos en la frutería; de esta manera nuestras hierbas se marchitarán en muy poco tiempo.
Para conservarlas más tiempo tanto en el frigorífico como en el congelador, es bueno dedicarles un poco de atención y prepararlas de manera que puedan mantener su frescura.
En primer lugar, es necesario seleccionarlas eliminando todas las hojas dañadas o medio podridas.
Luego es necesario lavar las hierbas bajo el agua corriente, escurrirlas un poco para eliminar el exceso de agua y colocarlas bien separadas sobre un paño de cocina de algodón limpio y seco.
Secando las hierbas aromáticas frescas con papel de cocina, intentamos eliminar la mayor cantidad de humedad posible y las dejamos al aire durante unos diez minutos para que se evapore cualquier residuo de agua en las hojas.
Cómo conservar las hierbas aromáticas en el frigorífico
En el frigorífico es recomendable utilizar tarros de vidrio (con tapa o herméticos) o también bolsas de plástico, pero en este caso, con algunas precauciones.
Para conservar las hierbas más tiempo debemos tener en cuenta que, al ser frescas, transmiten humedad. Por lo tanto, es necesario envolver las hierbas en papel que, al retener esta humedad, evita que se pudran prematuramente.
Para los tarros de vidrio, colocamos dentro una hoja de papel de cocina absorbente sobre la que ponemos las hojas frescas, como por ejemplo de albahaca o perejil.
Para las hierbas con tallos más largos como por ejemplo la salvia o el romero, en lugar de tarros de vidrio podemos utilizar bolsas de plástico secas y limpias, pero con el cuidado de envolver primero las hierbas en papel absorbente o, mejor aún, en papel para alimentos (como el del pan).
Es bueno también comprobar periódicamente si el papel en el que están envueltas nuestras hierbas frescas está húmedo, en ese caso conviene reemplazarlo.
Además, para una mayor duración de las hierbas aromáticas frescas, hay que considerar que son muy sensibles a los cambios de temperatura y humedad, por lo que es importante no dejarlas fuera del frigorífico, por ejemplo, mientras se cocina, sino tomar solo la cantidad necesaria y guardar inmediatamente el resto en el frío.
Cómo conservar las hierbas aromáticas en el congelador
Congelar las hierbas aromáticas frescas puede ser una buena solución si no se planea consumirlas pronto. Antes de congelarlas, lo ideal sería dividirlas en porciones para descongelar solo la cantidad que necesites en el momento que la necesites.
Existen varios métodos para congelar las hierbas aromáticas frescas; se pueden utilizar tarros de vidrio, las típicas bolsas de plástico para alimentos o incluso los contenedores para hielo en los que picar las hierbas antes de insertarlas en el congelador.