El carpaccio de calabacín es uno de esos platos que logra combinar ligereza, frescura y sabor en una propuesta sencilla y refinada.
Perfecto como entrante veraniego o plato principal ligero, se prepara en pocos minutos y no requiere cocción: ideal para los días calurosos en los que apetece algo sabroso pero ligero.
La base de la receta está compuesta por calabacines cortados en rodajas muy finas, aliñados con limón y aceite de oliva virgen extra, y acompañados de rúcula fresca, piñones tostados y lascas de parmesano.
Para quienes siguen una dieta vegana, basta con sustituir el parmesano por una alternativa vegetal o por levadura nutricional en copos.
Calabacín crudo: propiedades nutricionales y beneficios
Usar calabacines crudos permite conservar intactas todas las propiedades nutritivas de esta hortaliza de verano, como su alto contenido en agua (más del 90%), vitaminas (especialmente la C y algunas del grupo B) y minerales como el potasio y el magnesio.
El calabacín es bajo en calorías y rico en fibra, por lo que es ideal para quienes quieren depurarse, deshincharse o simplemente seguir una dieta equilibrada.
Cortado en rodajas muy finas y dejado en maceración, se vuelve tierno y absorbe perfectamente los aromas del aliño.
Ingredientes
Para preparar un buen carpaccio de calabacín es fundamental elegir ingredientes muy frescos y de calidad.
Los calabacines deben ser tiernos, de tamaño pequeño o mediano, con piel lisa y fina. Mejor si son ecológicos, ya que no se pelarán.
El aceite de oliva virgen extra debe ser aromático pero no demasiado intenso; el zumo de limón fresco aporta acidez y fragancia, mientras que los piñones tostados dan un toque crujiente y un sabor más profundo.
La rúcula contrasta con su toque ligeramente amargo y las lascas de parmesano completan el plato con una nota rica y sabrosa.
Ingredientes para 2-3 personas:
- 2 calabacines medianos
- zumo de 1 limón
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 30 g de piñones
- un buen puñado de rúcula fresca
- lascas de parmesano al gusto (o alternativa vegana)
- sal y pimienta negra al gusto
Preparación
- Primero, lava bien los calabacines y sécalos.
- Con una mandolina o un pelador, córtalos a lo largo en tiras muy finas, casi transparentes.
- Colócalas en un plato grande o en una fuente, sin superponer demasiado, para que puedan macerar de manera uniforme.
- Prepara el aliño mezclando en un cuenco el zumo de limón, el aceite de oliva virgen extra, una pizca de sal y pimienta.
- Vierte la vinagreta sobre las rodajas de calabacín y deja macerar durante al menos 15–20 minutos a temperatura ambiente. Este paso es esencial para ablandarlas y permitir que los sabores se mezclen.
- Mientras tanto, tuesta los piñones en una sartén antiadherente durante unos minutos, hasta que estén dorados y desprendan su aroma característico.
- Lava y seca también la rúcula.
- Cuando los calabacines estén listos, dispón las rodajas en forma de abanico sobre un plato para servir.
- Añade la rúcula en el centro o de forma decorativa, espolvorea los piñones tostados y termina con las lascas de parmesano.
- Una pizca de pimienta negra recién molida y, si te gusta, un chorrito de aceite en crudo completan el plato.
Versión vegana y variaciones de la receta
Para hacer esta receta completamente vegana, basta con omitir el parmesano y usar lascas de queso vegetal o una cucharadita de levadura nutricional en copos, que aporta un sabor sabroso y es rica en vitaminas del grupo B.
Otra variante posible consiste en añadir menta fresca para un toque aún más veraniego, o ralladura de limón para potenciar el aroma.
A quien le gusten los contrastes, puede añadir algunas bayas de pimienta rosa o un toque dulce, como láminas de almendra o pasas sultanas.
Cuándo servir el carpaccio de calabacín
Este plato es muy versátil: puede servirse como entrante en una cena de verano, como guarnición original para platos de pescado o como plato único ligero acompañado de pan integral o focaccia.
También es perfecto para llevar a un picnic o disfrutar en una cena fría al aire libre.
Puede prepararse con unas horas de antelación y conservarse en el frigorífico, pero conviene sacarlo al menos 15 minutos antes de servirlo, para que los aromas y sabores se expresen mejor a temperatura ambiente.
Un plato fresco para disfrutar con conciencia
El carpaccio de calabacín es también una opción sostenible.
Al utilizar verduras de temporada, evitar la cocción (ahorrando energía) y elegir ingredientes locales, se contribuye a reducir el impacto ambiental de nuestra alimentación.
Siempre que sea posible, compra calabacines ecológicos o adquiérelos en mercados de productores locales.
Para el aceite de oliva virgen extra, opta por marcas certificadas como DOP e IGP italianas, que garantizan trazabilidad y calidad.
En definitiva, el carpaccio de calabacín es una receta tan sencilla como eficaz para llevar a la mesa sabor, ligereza y bienestar, con el auténtico estilo mediterráneo.